Madre, la espera se va acabando.
Día tras día amaste en tu seno al Salvador del mundo.
Desde aquel lejano tiempo en que Gabriel te saludaba gozoso.
Oh, María! Llena de gracia!
Qué pueden explicar nuestras pobres palabras humanas de aquel encuentro maravilloso?...
Qué pueden decir ahora de los meses en que viste y sentiste crecer a Jesús en tu vientre?
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
El Señor de los siglos. El Alfa y la Omega. Se hace Niño para vivir entre nosotros.
Porque nos amó mucho antes de habernos creado.
¡Gracias Madre! Gracias por aquel: Sí
Día tras día amaste en tu seno al Salvador del mundo.
Desde aquel lejano tiempo en que Gabriel te saludaba gozoso.
Oh, María! Llena de gracia!
Qué pueden explicar nuestras pobres palabras humanas de aquel encuentro maravilloso?...
Qué pueden decir ahora de los meses en que viste y sentiste crecer a Jesús en tu vientre?
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
El Señor de los siglos. El Alfa y la Omega. Se hace Niño para vivir entre nosotros.
Porque nos amó mucho antes de habernos creado.
¡Gracias Madre! Gracias por aquel: Sí
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