¡¡Bendita seas Santa Madre de Dios!!
¡Entre tus brazos estamos seguros!
(Fuente: www.aciprensa.com):
¡Entre tus brazos estamos seguros!
(Fuente: www.aciprensa.com):
Cuenta la tradición que, en la segunda mitad del siglo XV,
la Virgen María se le apareció al Beato dominico Alano de la Rupe, quien
escribió el famoso libro “De Dignitate Psalterii” (De la dignidad del Salterio
de María), en el cual relata cómo la Virgen pide a Santo Domingo de Guzmán que
propague el rezo del Santo Rosario.
Según el Beato Alano, estas son las promesas de Nuestra
Señora para quienes rezan frecuentemente y con devoción la oración mariana:
1. Aquellos que recen con enorme fe el Rosario
recibirán gracias especiales.
2. Prometo mi protección y las gracias más
grandes a aquellos que recen el Rosario.
3. El Rosario es un arma poderosa para no ir al
infierno: destruye los vicios, disminuye los pecados y nos defiende de las
herejías.
4. Se otorgará la virtud y las buenas obras
abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los
corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su
dedeo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.
5. El alma que se encomiende a mí en el Rosario
no perecerá.
6. Quien rece el Rosario devotamente, y lleve
los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo
castigará en su justicia, no tendrá una muerte violenta, y si es justo,
permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.
7. Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no
perecerá sin los Sagrados Sacramentos.
8. Aquellos que recen con mucha fe el Santo
Rosario en vida y en la hora de su muerte encontrarán la luz de Dios y la
plenitud de su gracia, en la hora de la muerte participarán en el paraíso por
los méritos de los Santos.
9. Libraré del purgatorio a a quienes recen el
Rosario devotamente.
10. Los niños devotos al Rosario merecerán un
alto grado de Gloria en el cielo.
11. Obtendrán todo lo que me pidan mediante el
Rosario.
12. Aquellos que propaguen mi Rosario serán
asistidos por mí en sus necesidades.
13. Mi hijo me ha concedido que todo aquel que
se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte
celestial en vida y a la hora de la muerte.
14. Son mis niños aquellos que recitan el
Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesús Cristo.
15. La devoción a mi Rosario es una gran señal
de profecía.
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